Maracaibo, 21 Dic. AVN.- "Y allí estaba mi
lago, con una aparente tranquilidad cubriendo 44 millones de litros de
gasolina. Yo sólo necesitaba unos pocos para mantener mi carrito pero
para eso tenía que hacer una cola de dos días en una estación de
servicio. Todo por el capricho de un ex grupito de Pdvsa que paralizando
el buque Pilín León cambió toda la historia del país.
El lago era una bomba de tiempo. Venezuela entera sufría por no tener combustible en sus carros mientras unos antisociales hacían un golpe de Estado. Mi intención no era involucrarme en la política pero cuando ves a todo un país sufrir por el caprichito de un grupo terminas recordando este día como la fecha cuando Venezuela abría sus ojos".
Así lo recuerda Edgar Barroso Morales, un marabino más que vivió el 5 de diciembre como el inicio de la "pesadilla más larga de Navidad venezolana" y que culminó el 21 de diciembre del 2002 con la recuperación del buque y el fin del sabotaje.
Ese día los tripulantes del buque tanquero Pilín León, hoy dignificado con el nombre de Negra Matea, impidieron que el combustible llegara a los puertos venezolanos por solidaridad con el entonces presidente de Fedecámaras Carlos Fernández y el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega.
La estrategia política sería la noticia de todos los medios internacionales: el quinto país productor de petróleo del mundo, para ese momento, no tenía combustible.
"Fue difícil lograr un camino para embarcar. La famosa vuelta que dio el barco fue una vuelta que hubo que hacer de emergencia, porque ellos se metieron con los controles de la máquina principal, unas válvulas que siempre han debido estar abiertas y estaban cerradas. Ellos sabían que el barco estaba a 20 minutos del puente, y el puente hay que pasarlo con media velocidad, a unos 8 nudos. Con menos de 8 nudos no es recomendable por las corrientes de la zona y hay que pasar más o menos rápido para que el barco no tenga riesgo de quedarse e impactar sobre el puente", explicó el capitán Carlos López Peña, el héroe del buque, quien luego de esta peligrosa travesía logró llegar a la Planta de Bajo Grande, en la costa oriental del lago, y fue recibido por el propio líder venezolano Hugo Chávez Frías.
Fue con el rescate del Pilín León que el Gobierno nacional realiza la primera acción de quiebre del sabotaje petrolero. Oficiales de la Fuerza Armada, en compañía de jueces y notarios, recuperan el barco y Carlos López Peña asume la capitanía del buque. El 22 de diciembre comenzó a descargar combustible en Zulia.
Un daño profundo a la nación
Con el secuestro golpista del buque Pilín León, en los primeros días de diciembre de 2002, comenzó una jornada para desestabilizar al país, enfocado principalmente en paralizar Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa), lo cual incluyó suspender el suministro de combustible en las Plantas de Carenero, Guatire y Catia La Mar; paralización del funcionamiento de las refinerías El Palito, Puerto La Cruz y Paraguaná; mínimo despacho en las Plantas de Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar; suspensión total de actividades de la Planta El Vigía afectando a Mérida, Táchira y Apure.
Y allí permanecía fondeado el Pilín, todo un orgullo de saboteo para los golpistas de 2002, mientras el pueblo sufría empujando sus carros en busca de un poco de gasolina y en algunas partes los más humildes partían sillas de madera para cocinar y darle comida a sus hijos ante la falta de gas, cuya distribución fue afectada por la paralización de su procesamiento derivado de la refinación del crudo.
De acuerdo a estudios posteriores del Ministerio de Finanzas y el Banco Central de Venezuela, el monto de las pérdidas por ventas no realizadas llegó a 14.430 millones de dólares aproximadamente, una disminución de casi 10.000 millones de dólares en la capacidad contributiva de Pdvsa y sus filiales al fisco nacional.
"En el Zulia era un secreto a voces que desde la Gobernación le llevaban diariamente alimentos a la tripulación del Pilín en pequeñas embarcaciones privadas. En las lanchitas les llevan manjares, el premio por seguir apoyando a la 'Gente del Petróleo', sarcásticamente a mi modo de ver llamada también Coordinadora Democrática, y así la tripulación se mantuvo por unos 16 días aproximadamente fondeada en el Lago, un espacio que ellos se adueñaron prácticamente porque mirar esas aguas con un buque con tanto cargamento de combustible no resultaba nada grato", destacó el historiador zuliano Edwin Meza el peligro que representaba tamaño cargamento de combustible frente a la ciudad.
Más allá del sabotaje, Meza señaló que el paro tenía un objetivo principal: querían la caída del presidente Hugo Chávez Frías, líder máximo de la revolución bolivariana y quien siempre contó con la mayoría del pueblo venezolano para permanecer en el poder.
"Querían salir del 'dictador', el dictador que todo le consultaba al pueblo y que promovió la mayor cantidad de jornadas electorales, el dictador que rescató a Pdvsa y la puso al servicio del pueblo y no de Norteamérica. Pues bien, una vez más pudo el hombre bueno, la conciencia de un pueblo, y aquellos que hinchaban su pecho porque le devolverían el petróleo a Estados Unidos tuvieron que huir. Los fracasados no pudieron con este pueblo enorme que no se dejó manipular", manifestó Meza.
El Comandante Hugo Chávez lo advertía: "¿Cuál es el plan de los golpistas y sus aliados? La privatización de Petróleos de Venezuela, quitarle el corazón a los venezolanos".
El tiempo le dio la razón y, como no hay mal que por bien no venga, el rescate del Pilín León trajo consigo un cometido: transformar y depurar a Pdvsa hasta convertirse en una empresa 100% soberana y revolucionaria.
El lago era una bomba de tiempo. Venezuela entera sufría por no tener combustible en sus carros mientras unos antisociales hacían un golpe de Estado. Mi intención no era involucrarme en la política pero cuando ves a todo un país sufrir por el caprichito de un grupo terminas recordando este día como la fecha cuando Venezuela abría sus ojos".
Así lo recuerda Edgar Barroso Morales, un marabino más que vivió el 5 de diciembre como el inicio de la "pesadilla más larga de Navidad venezolana" y que culminó el 21 de diciembre del 2002 con la recuperación del buque y el fin del sabotaje.
Ese día los tripulantes del buque tanquero Pilín León, hoy dignificado con el nombre de Negra Matea, impidieron que el combustible llegara a los puertos venezolanos por solidaridad con el entonces presidente de Fedecámaras Carlos Fernández y el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega.
La estrategia política sería la noticia de todos los medios internacionales: el quinto país productor de petróleo del mundo, para ese momento, no tenía combustible.
"Fue difícil lograr un camino para embarcar. La famosa vuelta que dio el barco fue una vuelta que hubo que hacer de emergencia, porque ellos se metieron con los controles de la máquina principal, unas válvulas que siempre han debido estar abiertas y estaban cerradas. Ellos sabían que el barco estaba a 20 minutos del puente, y el puente hay que pasarlo con media velocidad, a unos 8 nudos. Con menos de 8 nudos no es recomendable por las corrientes de la zona y hay que pasar más o menos rápido para que el barco no tenga riesgo de quedarse e impactar sobre el puente", explicó el capitán Carlos López Peña, el héroe del buque, quien luego de esta peligrosa travesía logró llegar a la Planta de Bajo Grande, en la costa oriental del lago, y fue recibido por el propio líder venezolano Hugo Chávez Frías.
Fue con el rescate del Pilín León que el Gobierno nacional realiza la primera acción de quiebre del sabotaje petrolero. Oficiales de la Fuerza Armada, en compañía de jueces y notarios, recuperan el barco y Carlos López Peña asume la capitanía del buque. El 22 de diciembre comenzó a descargar combustible en Zulia.
Un daño profundo a la nación
Con el secuestro golpista del buque Pilín León, en los primeros días de diciembre de 2002, comenzó una jornada para desestabilizar al país, enfocado principalmente en paralizar Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa), lo cual incluyó suspender el suministro de combustible en las Plantas de Carenero, Guatire y Catia La Mar; paralización del funcionamiento de las refinerías El Palito, Puerto La Cruz y Paraguaná; mínimo despacho en las Plantas de Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar; suspensión total de actividades de la Planta El Vigía afectando a Mérida, Táchira y Apure.
Y allí permanecía fondeado el Pilín, todo un orgullo de saboteo para los golpistas de 2002, mientras el pueblo sufría empujando sus carros en busca de un poco de gasolina y en algunas partes los más humildes partían sillas de madera para cocinar y darle comida a sus hijos ante la falta de gas, cuya distribución fue afectada por la paralización de su procesamiento derivado de la refinación del crudo.
De acuerdo a estudios posteriores del Ministerio de Finanzas y el Banco Central de Venezuela, el monto de las pérdidas por ventas no realizadas llegó a 14.430 millones de dólares aproximadamente, una disminución de casi 10.000 millones de dólares en la capacidad contributiva de Pdvsa y sus filiales al fisco nacional.
"En el Zulia era un secreto a voces que desde la Gobernación le llevaban diariamente alimentos a la tripulación del Pilín en pequeñas embarcaciones privadas. En las lanchitas les llevan manjares, el premio por seguir apoyando a la 'Gente del Petróleo', sarcásticamente a mi modo de ver llamada también Coordinadora Democrática, y así la tripulación se mantuvo por unos 16 días aproximadamente fondeada en el Lago, un espacio que ellos se adueñaron prácticamente porque mirar esas aguas con un buque con tanto cargamento de combustible no resultaba nada grato", destacó el historiador zuliano Edwin Meza el peligro que representaba tamaño cargamento de combustible frente a la ciudad.
Más allá del sabotaje, Meza señaló que el paro tenía un objetivo principal: querían la caída del presidente Hugo Chávez Frías, líder máximo de la revolución bolivariana y quien siempre contó con la mayoría del pueblo venezolano para permanecer en el poder.
"Querían salir del 'dictador', el dictador que todo le consultaba al pueblo y que promovió la mayor cantidad de jornadas electorales, el dictador que rescató a Pdvsa y la puso al servicio del pueblo y no de Norteamérica. Pues bien, una vez más pudo el hombre bueno, la conciencia de un pueblo, y aquellos que hinchaban su pecho porque le devolverían el petróleo a Estados Unidos tuvieron que huir. Los fracasados no pudieron con este pueblo enorme que no se dejó manipular", manifestó Meza.
El Comandante Hugo Chávez lo advertía: "¿Cuál es el plan de los golpistas y sus aliados? La privatización de Petróleos de Venezuela, quitarle el corazón a los venezolanos".
El tiempo le dio la razón y, como no hay mal que por bien no venga, el rescate del Pilín León trajo consigo un cometido: transformar y depurar a Pdvsa hasta convertirse en una empresa 100% soberana y revolucionaria.
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