domingo, 19 de enero de 2014

En 1906 Venezuela se enfrentó al control informativo francés en Latinoamérica



Foto archivo  
por Pedro Ibañez
Caracas, 17 Ene. AVN.- La expulsión del encargado de negocios francés, Olivier Taigny, en enero de 1906 y la posterior ruptura de relaciones diplomáticas entre Venezuela y Francia fueron resultado de un llamado al respeto de la soberanía venezolana hecho por el presidente Cipriano Castro, quien disolvió el contrato con la Compañía Francesa de Cables Telegráficos, comprometida con la conspiración de caudillos liderados por Manuel Antonio Matos y el bloqueo a las costas venezolanas por parte de potencias europeas.
En los meses finales de 1901 una conspiración contra la causa restauradora fue preparada desde el extranjero y dentro de Venezuela, conformada por la élite bancaria y los últimos caudillos existentes en Aragua, Maturín, Zamora (Barinas), Guayana y Sucre, junto a otros en el Caribe y la frontera colombiana, cuyo fin último era desplazar de facto a los andinos del poder.
Manuel Antonio Matos, banquero y ex ministro de Hacienda del presidente Ignacio Andrade (1898-1899) como líder de la “Revolución Libertadora”, adquiere en Inglaterra un buque de guerra, el Ban Righ, y desembarca en Venezuela para unirse al resto de los conjurados, con el apoyo de Alemania, Inglaterra y Francia —que puso a su servicio el Cable Francés Telegráfico y financió la conspiración—, sin embargo, será derrotado definitivamente en noviembre de 1902.
Mientras ocurre su derrota en La Victoria (Aragua), las potencias extranjeras preparan un bloqueo naval basados en las deudas adquiridas por parte de Venezuela y activan su escuadra de 15 navíos para apoderarse de la flota venezolana, cerrar sus costas y preparar un eventual ablandamiento de costa o bombardeo.
En noviembre de aquel año las legaciones presentan el reclamo por las deudas y el 9 de diciembre llevan adelante el bloqueo, la captura de las naves venezolanas, el desembarco de tropas extranjeras en los muelles y los bombardeos al castillo Libertador y el Fortín Solano, en Puerto Cabello (Carabobo), y el castillo San Carlos, en Maracaibo (Zulia).
El  “servicio informativo” del Cable Francés Telegráfico
La telegrafía con hilos funcionó como primer instrumento técnico para el control en la difusión de noticias desde el extranjero hacia las periferias y viceversa desde 1866, con la mediación de las agencias noticiosas Havas en Francia (hoy Agence France-Presse, AFP, por su siglas en francés) y Reuters en Inglaterra, cuyas noticias de interés estaban relacionadas especialmente con negocios y cotizaciones de la bolsa, como refuerzo informativo al sistema capitalista.
En 1870, las líneas ya contaban con tramos en las Antillas y América del sur, en ese lapso Francia, con la Compagnie Française des Cables Telégraphiques y la Compagnie des Cables Sudamericains, pugnaba contra el imperio británico por el dominio de la región, con Charles-Louis Havas a la cabeza, dueño de la primera agencia de noticias del mundo.
Por razones de funcionamiento y costos, en 1876 las agencias Reuters y Havas se reparten los territorios con tendido telegráfico en el planeta, quedando para la primera Inglaterra, Australia, India, China, Japón, Holanda y Hamburgo.
La segunda preservó para sí a Francia, España, Portugal, Italia y América del sur. Ambas reparticiones contemplaron también a las colonias británicas y francesas, lo que demuestra el uso de la información para el dominio imperial de entonces.
El Cable Francés en el bloqueo naval
En mayo de 1888 llegó el cable submarino a La Guaira (Vargas) y la primera comunicación es recibida el 18 de junio. Anteriormente, las noticias llegaban a Trinidad, mediante el terminal cablegráfico inglés y luego por mar se llevaba la información a Macuro (Sucre) y desde Güiria se transmitían por telégrafo hasta Caracas.
Como una muestra de control informativo, el “servicio” de la agencia Havas no era dirigido a los periódicos, sino que formaba parte del contrato de servicio del gobierno venezolano con la Compañía Francesa de Telégrafos Submarinos. En tales condiciones, los periodistas debían buscar los despachos cablegráficos directamente a la oficina del telégrafo, explica el periodista Eleazar Díaz Rangel en su libro La información internacional en América Latina.
Para el 9 de diciembre de 1902, día en el que comienza el bloqueo a las costas, la compañía del Cable Francés —que ya había puesto a disposición de la Revolución Libertadora su tendido telegráfico costanero para revelar las comunicaciones del gobierno— a través de la agencia Havas deformó los hechos noticiosos en torno del asedio a las costas y aisló al país en el ámbito informativo.
A la vez, dicha agencia silenció la reacción de varios países de la región, especialmente la del canciller argentino Luis Drago, quien protestó la medida de cobro de deudas por la fuerza —pronunciamiento conocido como Doctrina Drago—, y al tiempo jerarquizó los hechos para destacar la “inminencia” de la llegada de los buques a puertos venezolanos.
Reuters —que recibía los despachos de Havas— por su parte, pidió permiso a la cancillería alemana para publicar un comunicado en el que Venezuela manifestaba estar "consciente de ser una nación soberana, igual que las demás potencias, y está decidida a defender su soberanía y su igualdad”.
El desenlace fue un arbitraje en el que Venezuela recupera su flota secuestrada y se compromete al pago del 30% de los ingresos en las aduanas de La Guaira y Puerto Cabello. Con base en estos acuerdos ratificados por el Tribunal de La Haya, el 14 de febrero de 1904 fue levantado el bloqueo y el día 22 dictada la sentencia.
Ruptura con Francia
Francia siempre respaldó el complot contra Castro. En Fort de France (Martinica) armó a la tripulación del Ban Righ, en Venezuela hizo del Cable Francés un instrumento para el derrocamiento del presidente Castro y sacó provecho del conflicto naval al reclamar la agresión contra el vapor Ossun, propiedad de un ciudadano galo residente en el país, sin embargo, superado el bloqueo, la compañía del Cable Francés aún percibía grandes ingresos por el uso del tendido de líneas terrestres y costaneras.
El presidente Castro, conocedor del papel que jugó Francia en los sucesos, y ante las continuas reclamaciones por los pagos que ya habían sido asegurados por la sentencia de La Haya, el 4 de septiembre de 1905 decide disolver el contrato con la Sociedad de Cables Submarinos y en adelante el gobierno explotaría los servicios terrestres y costaneros dejando únicamente la estación de La Guaira para no interrumpir la comunicación con el exterior.
Destaca Enrique Bernardo Núñez, en su libro El hombre de la levita gris, que el señor M. Brun, presidente de la compañía sostuvo ante el gobierno que tal medida era una amenaza a la libertad de industria, por lo que fue expulsado del país.
Ocurrirá lo mismo con el representante de negocios francés Olivier Taigny, el 14 de enero de 1906, luego de que se la compañía se negara al pago de la patente de ese año, lo que deviene en el cierre de su oficina en La Guaira.
El 10 de enero Francia ya había declarado rotas las relaciones con Venezuela, las cuales serán retomadas con Juan Vicente Gómez en 1913, un año antes de la Primera Guerra Mundial, cuando el petróleo será vital para los aliados, entre ellos dicho país.
Venezuela regresará al servicio cablegráfico asistido por transporte marítimo, con dos lanchas que viajaran diariamente hacia Trinidad y Curazao, lo que durará pocos años, hasta que más adelante sean otros los medios de control informativo en un mundo que recibiría el advenimiento de la telegrafía sin hilos y la radiodifusión.
Pedro Ibáñez AVN 17/01/2014 21:43

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