La leyenda cuenta que, cuando la Diosa de los Cielos descubrió el amor entre ambos, les alejó para siempre convirtiéndolos en estrellas eternamente separadas por la Vía Láctea, menos hoy, cuando todas las urracas del mundo forman un puente que une a los dos amantes.
Si bien es cierto que hay infinidad de versiones de la historia, este cuento popular es de los pocos que tanto los ancianos como los jóvenes chinos siguen recordando actualmente, aunque la forma de celebrarlo cambia al mismo ritmo que la sociedad China.
Pese a que la modernidad invita a diversos regalos romàticos, las flores y bombones son los obsequios por excelencia y tradición de esta fecha.






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