Discurso de Nicolás Maduro, Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, desde el balcón de la Casa Amarrilla Antonio
José de Sucre con motivo de la Conmemoración de los 200 años de la
entrada triunfal de Bolívar a Caracas al finalizar la Campaña Admirable.
Caracas, martes 6 de agosto de 2013
(Escenificación de la entrada triunfal de Bolívar a Caracas, al finalizar la Campaña Admirable)
Presidente Nicolás Maduro: Doscientos años de la llegada victoriosa del Libertador Simón Bolívar a su cuna, Caracas.
—Aplausos. ¡Alerta, alerta, alerta que camina, la espada de
Bolívar por América Latina! ¡Alerta, alerta, alerta que camina, la
espada de Bolívar por América Latina!
Actor que caracteriza a Simón Bolívar: ¡Vivan los jóvenes! ¡Vivan los soldados gloriosos de la Patria!
—¡Vivan!
¡Viva el pueblo glorioso de Venezuela!
—¡Vivan!
¡Viva el pueblo de Caracas!
—¡Vivan!
A los caraqueños, que anonadados por los acontecimientos físicos y
políticos hasta el último punto del infortunio, que la suerte ha podido
reducir, a un pueblo civilizado, os veis, amado pueblo.
—Gritería.
Libre, libre de las ataduras, libre de las calamidades espantosas que
os hicieron desaparecer, de la escena del mundo, en un estado tan cruel
y lamentable y a tiempo que las persecuciones habían llegado a su
colmo, un ejército bienhechor compuesto de vuestros hermanos, los
gloriosos soldados granadinos, como ángeles tutelares os hacen salir de
las selvas y arrancan de las terribles mazmorras, donde yacían
sobrecogidos de espanto, parecen, digo, vuestros libertadores y desde
las márgenes del caudaloso Magdalena, hasta los floridos valles del
Aragua y recintos de esta ilustre Capital, los soldados victoriosos han
surcado los ríos del Zulia, del Táchira, del Boconó, del Masparro, la
Portuguesa, el Morador y Acarigua, transitando los helados páramos de
Mucuchíes, Boconó y Niquitao, estos soldados atravesando los desiertos y
montañas de Ocaña, Mérida y Trujillo, triunfando 7 veces en las
campañas, las batallas de Cúcuta, la Grita, Betijoque, Carache,
Niquitao, Horcones y Barquisimeto, en todos estos espacios han quedado
derrotados los traidores de la Patria, los verdugos de nuestra nación.
—Aplausos.
Y seguirán siendo derrotados.
—¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Chávez vive, la lucha sigue!
Caraqueños, aquel otro ejército de bandidos, que profanaron vuestro
territorio sagrado, ha desaparecido, ha desaparecido, delante de los
soldados granadinos, venezolanos que animados del sublime entusiasmo de
la libertad y de la gloria, han combatido con un valor divino, y han
llenado de pánico a los tiranos, cuya sangre regada de los campos ha
espiado una parte de sus enormes crímenes, vuestros ultrajes han sido
vengados por nuestra espada libertadora.
—Aplausos.
Nuestra espada, que con un solo golpe a inmolado a sus verdugos, por
fin compatriotas míos, vuestra República acaba de renacer, bajo los
auspicios del congreso de la Nueva Granada, que ha enviado a sus
ejércitos, no ha dar os leyes, sino a reestablecer vuestros derechos,
que fueron arrebatados por estos bárbaros, estos bárbaros que volvieron a
nuestra nación en el caos, la confusión y la muerte de todos los
estados soberanos de Venezuela, hoy existen nuevamente libres, libres e
independientes y colocados de nuevo en un rango de nación, esta es
caraqueños, mi misión, aceptad con gratitud todos los heroicos
sacrificios que han hecho por nuestra salud, todos mis compañeros de
armas, mi especial agradecimiento, que la dar os la libertad, se han
cubierto de una gloria inmortal.
—Gritería. ¡Alerta, alerta, alerta que camina, la
espada de Bolívar por América Latina! ¡Alerta, alerta, alerta que
camina, la espada de Bolívar por América Latina!
Entrego esta espada a un hijo de la Patria, a un hijo del pueblo, que
en sus manos recorrerá y caminará todos los pueblos de Nuestra América
Latina.
—Aplausos. ¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Chávez vive, la lucha sigue!
(Público presente interpreta el himno nacional de la República Bolivariana de Venezuela: Gloria al bravo pueblo)
Presidente Nicolás Maduro: ¡Que viva Bolívar!
—¡Que viva!
¡Que viva el pueblo de los libertadores!
—¡Que viva!
Bueno, queremos agradecer en primer lugar hoy que se están
conmemorando 200 años de la llegada victoriosa del general Bolívar a
Caracas, luego de la guerra relámpago de la Campaña Admirable, queremos
felicitar a este grupo de venezolano jóvenes que hoy en Caracas han
representado a Bolívar y a los libertadores, como un homenaje profundo
de la juventud venezolana a su Libertador, a sus libertadores y
libertadoras.
—Aplausos.
Hoy hemos venido aquí, a esta plaza mayor, a la plaza Bolívar, aquí a
este edificio conocido hoy como Casa Amarilla, que fue la sede de la
Capitanía General donde un día jueves santo, 19 de abril de 1810, hace
203 años el pueblo de Caracas, los abuelos y las abuelas de nuestros
abuelos echó de aquí al último capitán general del Imperio español.
—Aplausos.
Doscientos tres años. Estamos en espacios donde se hizo la historia
(Caracas-Venezuela), dijo el Libertador Simón Bolívar, cuando preparaba,
luego del Manifiesto de Cartagena, preparaba el Libertador lo que
después fue la Campaña Admirable, él dijo: “Así como Jerusalén ha sido
la cuna del cristianismo —1812 lo dijo—, Caracas será la cuna de la
independencia americana…”. Y así ha sido, así fue, y así será por
siempre.
—Gritería y aplausos.
¡Caracas es la Jerusalén de América!
Hemos venido a esta plaza histórica, donde se desarrollaron también
los acontecimientos del 5 de julio de 1811, aquí se aprobó la conocida
Acta de Independencia, y aquí también se aprobó la bandera tricolor que
hoy flamea en las manos del pueblo bolivariano, rescatada por el
comandante Hugo Chávez en la insurrección militar del 4 de febrero de
1992.
—Gritería y aplausos. ¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Chávez vive, la lucha sigue!
Y estoy recordando todas estas fechas porque fue aquí también donde
un 3 de julio, algunos dicen entre el 3 y el 4 de julio, el joven
Bolívar, que entonces tendría 27 años, miembro de la Sociedad
Patriótica, frente a quienes decían que la independencia podría esperar,
que los grandes proyectos tenían que hacerse con calma. Y aquel huracán
Bolívar, lleno de su fuego sagrado, aquí mismo en esta plaza, se
levantó ante el Congreso Constituyente y dijo: “¿Trescientos años de
calma no bastan? Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad
suramericana, vacilar es perdernos…”. Y así fue que se hizo, con el
empuje de la Juventud de la Sociedad Patriótica.
Luego vinieron tiempos difíciles, de luchas, de derrotas. La
República que se fundó entre 1810 y 1811, con el Congreso Constituyente,
fue derrotada, los pueblos le tenían miedo a la libertad y a la
independencia. Trescientos años de oscurantismo, de conquista,
trescientos años de colonialismo estaban todavía, como dijera el
Libertador, estaban como viejas cadenas del coloniaje y sometían la
mente, el alma y la voluntad de la mayoría de los pueblos que temían ser
independientes y libres.
Esa es la verdad verdadera, la República fue derrotada militarmente
en Puerto Cabello, el Libertador era coronel y fue enviado por Francisco
de Miranda, generalísimo de los ejércitos de la República, pero llegó
la derrota, luego llegó la desbandada, la prisión de Miranda, y luego el
repliegue de los patriotas. Bolívar se fue a Cartagena, allí reflexionó
y escribió el Manifiesto de Cartagena, publicado en diciembre de 1812,
subió victorioso por el Magdalena, logró la consolidación de las fuerzas
patriotas en la Nueva Granada, hoy Colombia; y el 14 de mayo nombrado
Brigadier de los Ejércitos, autorizado por el Congreso de la Nueva
Granada, el 14 de mayo del año 13 entró de Cúcuta, por San Antonio del
Táchira, en la guerra relámpago que hoy conocemos como la Campaña
Admirable.
Entró victorioso el 23 de mayo a Mérida, y el pueblo de Mérida se
tiró a las calles y por primera vez le gritaron ¡Libertador, Libertador,
Libertador! Fueron los pueblos que le dieron el rango de Libertador a
nuestro gigante de todos los tiempos, Simón Bolívar.
—Aplausos.
Luego llega a Trujillo, y el 15 de junio, ¡15 de junio!, saca el Decreto de Guerra a Muerte…
Parece que no se oye allá abajo. Por favor los compañeros del sonido,
si pueden mejorar el volumen. Es que vino mucha gente, no esperábamos
tanto pueblo, pero aquí está el pueblo de Bolívar rindiéndole homenaje
con su amor y su efervescencia perpetua por la patria que nos dio.
—Aplausos. ¡Alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina!
¡Bolívar vive…!
—¡La lucha sigue!
¡Alerta, alerta…!
—¡Alerta que camina la espada de Bolívar por América
Latina! ¡Alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por
América Latina!
Así el 15 de junio, allá en Trujillo, en su cuartel general, allí
está la casa todavía en Trujillo, el 15 de junio, saca el Decreto de
Guerra a Muerte, porque la barbarie del Imperio español manipulaba los
sentimientos del pueblo más pobre y los enrolaba en sus filas
imperiales. ¡Oído al pueblo! Hombres y mujeres del pueblo que en su
ignorancia de entonces creían que el Rey era enviado de Dios en la
tierra, y tomaban las armas, en su humildad de mulato, de mestizo o de
indio, para enfilar sus armas con sus libertadores. Por eso Bolívar dijo
más adelante: “Por la ignorancia se nos ha dominado más que por la
fuerza. Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia
destrucción…”.
—Aplausos.
Porque él lo vivió, él lo vivió en carne propia; él vivió como el
propio pueblo se resistía a ser libre, pero además él vio cómo se
asaltaban y se asesinaban niños, se violaban mujeres y sacó el Decreto
de Guerra a Muerte.
Uno de los actos históricos más tajantes y polémicos para abrirle el
camino a la identidad nuestramericana, nuestravenezolana, el 15 de junio
se dirige hacia Barinas, y de Barinas toma el camino hasta llegar a
Taguanes, ahí en Tinaquillo, antes pasó por Los Horcones, Niquitao, y el
30 de julio obtiene una gran victoria en el campo de Taguanes, que se
puede calificar como la primera gran victoria militar en la historia del
Libertador Simón Bolívar, ahí se convierte en líder militar, en jefe
militar.
—Gritería y aplausos.
Y de Taguanes viene a Caracas. Y un día como hoy, una tarde como hoy,
lluviosa, igual que hoy, hace 200 años, entraba el Libertador, entraba
victorioso, lleno del aura hermosa de luz que había recogido de los
pueblos que había su espada liberado.
Ya aquel joven coronel, aquel joven que se alzaba aquí para exigir la
independencia, aquel Simón Bolívar caraqueño, cuando entra a Caracas el
6 de agosto de 1813, ya es el Libertador de Venezuela, de ahí en
adelante fue el Libertador de esta patria, y el Libertador de la
América.
—Gritería y aplausos.
Ya era el Libertador. Un día como hoy entró a su Caracas amada, entró
a la cuna que lo vio nacer, pudo ver a sus amados compatriotas del
terruño donde nació. Se fundó la Segunda República, la Segunda República
fue la conquista de las armas, era una República en armas y el
Libertador pudo diseñar los lineamientos que después echaría andar hacia
el futuro, nosotros tenemos que convertir, compatriotas, la historia,
el testimonio vivo para educarnos en los valores, en el coraje, en la
honestidad, en el patriotismo que como llamarada hizo surgir esta patria
libertaria que es Venezuela, esta cuna libertaria de América.
—Aplausos.
Yo recibí de este grupo excelente de jóvenes profesionales de las
artes escénicas una espada simbólica que tiene que estar en nuestra
mano, hoy pensando en este acto y recordando a nuestro comandante eterno
Hugo Chávez, Hugo Chávez el gran reivindicador de Bolívar, el que trajo
a Bolívar y lo convirtió en niño, en niña, en joven, en obrero, en
hombre, en mujer.
—Aplausos. ¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Chávez vive, la lucha sigue!
Me puse a pensar qué hubiera querido nuestro comandante Hugo Chávez
un día como hoy, qué hubiera sentido nuestro comandante, estoy seguro
por lo que lo conocimos que él hubiera querido entregarle al pueblo de
Caracas, darle un regalo al pueblo de Caracas y yo se lo traje, yo le
traje al pueblo de Caracas y a nuestro Libertador Simón Bolívar hoy su
espada, aquí está la espada libertaria de Simón Bolívar, la espada
después de tanta gloria y después de tanta lucha, aquí está la espada
que vio la gloria en el Potosí, en Junín, en Lima, en Ayacucho del
gigante de todas las épocas de historia.
—Aplausos. ¡Alerta, alerta, alerta que camina la
espada de Bolívar por América Latina! ¡Alerta, alerta, alerta que camina
la espada de Bolívar por América Latina!
Aquí está comandante Hugo Chávez la espada que tú limpiaste para la
historia, que reivindicaste para siempre, aquí está Bolívar, Bolívar
hecho pueblo, Bolívar hecho historia, Bolívar hecho presente, Bolívar
hecho futuro con nuestros niños y nuestras niñas, Bolívar hecho patria,
Bolívar hecho bandera antiimperialista, Bolívar hecho dignidad, aquí
está la espada del Libertador con el cual pedimos las bendiciones de
Dios para este pueblo valiente que sigue empeñado en ser libre, en ser
independiente y en conquistar su futuro.
—Aplausos.
¡Que viva Hugo Chávez!
—¡Que viva!
Gran reivindicador de Bolívar aquí está la espada que le envió a su
cuna, ese Libertador que entró a nuestra patria ya proclamado Libertador
hace 200 años, luego no sólo fue el hijo de Caracas, el hijo de
Venezuela, no, él no se quedó aquí, él tomó toda la fuerza libertaria de
este pueblo y de esta tierra sagrada y se fue con sus tropas, se fue
con nuestros soldados de oriente, se fue con los soldados de los Andes,
se fue con los soldados del llano venezolano, se fue con los soldados de
Caracas, se fue a la Nueva Granada, a Quito, a Pichincha, llegó a las
alturas y fundó Bolivia y luego fue traicionado, lo traicionaron los que
siempre han traicionado los pueblos, lo traicionó la oligarquía
terrateniente de entonces, esta espada que vio la gloria de hacer la
libertad de América fue traicionada por la oligarquía, pasaron 160 años
para que despertara toda la llamarada de la patria y se concentrara toda
la fuerza de un hombre y ese hombre le transmitiera toda esa fuerza y
ese poder al pueblo, Hugo Chávez Frías aquel 4 de febrero de 1992, allí
esta espada resucitó, allí resucitó el tricolor nacional.
—Aplausos. ¡Uh, ah, Chávez no se va! ¡Uh, ah, Chávez no se va! ¡Uh, ah, Chávez no se va!
Bueno queridos compatriotas esta espada que le pertenece al pueblo va
a estar en exposición pública para que ustedes la visiten con sus hijos
e hijas una semana aquí, en la sede de la Cancillería, en la Casa
Amarilla para que el pueblo le rinda honores al Libertador a 200 años de
la victoria de la Campaña Admirable, así, desenvainada como tiene que
estar.
—Aplausos. ¡Se oye Presidente, Chávez está presente!
¡Se oye Presidente, Chávez está presente! ¡Se oye Presidente, Chávez
está presente! ¡Chávez no murió, se multiplicó! ¡Chávez no murió, se
multiplicó! ¡Chávez no murió, se multiplicó!
Yo quiero saludar, bueno, a todos ustedes, quiero saludar de manera
muy especial a través del general en jefe de nuestra Fuerza Armada
Nacional Bolivariana, Padrino López, a toda la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana, dignos herederos de la espada libertaria del Libertador y
de los libertadores de América.
—Aplausos.
¡Que viva la Fuerza Armada Nacional Bolivariana!
—Aplausos. ¡Que viva!
Quiero saludar al compañero vicepresidente Jorge Arreaza,
extraordinario Vicepresidente de la patria, a los ministros, ministras, a
mi compañera Cilia Flores que está en la batalla permanente.
—Aplausos.
Y hoy 6 de agosto del año 2013 qué historia tan grande ha vivido
nuestra patria verdad, aquí corre sangre heroica de corajudos y
valientes luchadores de todas las historias, hoy tenemos una generación
de oro brillando por el mundo, hoy nuestro pueblo brilla en la política,
en la cultura, en el deporte hoy tenemos millones de Bolívar, hoy
tenemos millones de libertadores que andan por el mundo.
—Aplausos.
Ahí está la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil, qué extraordinario
papel juegan en el mundo, es la admiración del mundo entero y llevan el
nombre de Simón Bolívar, ¡que viva la Orquesta Sinfónica Infantil y
Juvenil de Venezuela y todos sus niños y jóvenes!
—Aplausos.
¡Que viva el maestro Abreu! ¡Que viva Dudamel!
—Aplausos. ¡Que viva!
Ahí está nuestra juventud en el deporte rompiendo récord, acaba de
salir para Hungría, Budapest la selección nacional de esgrima al Mundial
de Esgrima y allí en la delegación se fue nuestra ministra del Deporte,
medallista mundial Alejandra Benítez, una generación de oro, Rubén
Limardo, Silvio Fernández.
—Aplausos.
Qué bella juventud tenemos en la cultura, en el deporte y también en
la educación y también en la política, ahí vimos hoy, qué orgullo siente
uno cuando vimos en la pantalla de Telesur en el Consejo de Seguridad
de la ONU como Presidente de Mercosur hablando a nuestro canciller Elías
Jaua llevando la voz de este pueblo libertario ante el mundo entero,
qué orgullo ¿verdad?
—Aplausos.
Venezuela jugando en las grandes ligas de la dignidad, de la política
mundial y tenemos que seguir así compatriotas, tenemos que seguir así,
nosotros no podemos replegarnos y dejarnos ahogar en las intrigas y la
politiquería interna, no, tenemos que jugar a lo grande, a lo grande del
futuro de la patria, a la Venezuela potencia, esta patria será una
potencia económica, política, cultural, científica, tecnológica, lo
juramos aquí a nombre de Bolívar, lo juramos a nombre de Chávez, lo
juramos a nombre de ustedes, nosotros vamos a hacer de este país una
potencia, una potencia moral.
—Aplausos.
Cuando ustedes vean esa espada, que estén frente a ella tráiganse a
sus niños y niñas, tráiganlo, yo quiero más bien proponer lo siguiente,
que la espada original del Libertador más bien vamos a exponerla en el
Panteón donde están sus restos, al lado de sus restos para que ustedes
vayan con sus hijos y sus hijas todos estos días, es mejor al lado de
donde están los huesos de nuestro Libertador.
—Aplausos. ¡Así, así, así es que se gobierna! ¡Así, así, así es que se gobierna! ¡Así, así, así es que se gobierna!
Y decía que cuando ustedes estén frente al Libertador y su espada
reflexionen sobre el llamado que ha hecho nuestro comandante Hugo Chávez
al frente de esta patria, sobre el llamado que yo he tomado de
convocarlos a ustedes, a todo el pueblo de Venezuela a construir una
nueva ética política, una nueva ética republicana, una nueva ética
socialista del poder, a superar la corrupción.
—Aplausos.
Yo les dije a ustedes y voy a dar cada vez demostraciones más claras
de esta voluntad que tengo de construir una nueva ética republicana,
compañero López Padrino usted sabe de qué estoy hablando porque usted ha
estudiado bastante la ética republicana, que sostiene la moral de
combate de nuestra Fuerza Armada, una nueva ética socialista, una nueva
ética cristiana, una nueva ética en Bolívar y me atrevo a decir, una
nueva ética chavista, del desarrollo y el ejercicio del poder político.
—Aplausos.
Yo quiero que ustedes oigan mi convocatoria, cuando a uno se le
convoca a algo uno tiene dos opciones, o atiende la convocatoria y
asiste a ese combate o se retira y no asiste. ¿Yo quiero saber si
ustedes están dispuestos a atender esta convocatoria que estoy haciendo?
—¡Sí! Aplausos.
No podemos, algunos dirán como decían hace 200 años, los que estaban
dominados aquí en la mente por los viejos valores de la Colonia, ¿no?,
eso es imposible, acabar con la corrupción es imposible, fíjense
ustedes, yo he escuchado dos opiniones aparentemente de polos opuestos,
una opinión ustedes la vieron el sábado en la calle cuando un grupo de
sectores minoritarios de la derecha convocaron a una marcha para apoyar
por primera vez en la historia a un corrupto convicto y confeso, ellos
dicen que la corrupción es normal, eso dice la derecha y ellos dicen que
“todos somos Mardo”, ¿no?, yo no soy Mardo, yo no soy corrupto, yo soy
Bolívar, yo soy Chávez, yo soy pueblo, pero Mardo jamás, jamás de los
jamases, ¿no?
—Aplausos y algarabía.
¿Ustedes son Mardo?
—¡No!
¿Ustedes son Bolívar?
—¡Sí!
¿Ustedes son Chávez?
—¡Sí!
¿Ustedes son Cristo Redentor?
—¡Sí!
Vamos a serlo de verdad y escuché por ahí, leí, unas opiniones de una
gente que opina muy, muy de izquierda, de izquierda, de izquierda, tan
rojos, tan rojos que parecen morados, son muy radicales, yo escuché la
opinión, la leí de una de estas personas que dice que “a la revolución
no le conviene la lucha contra la corrupción”, entonces yo le pregunto a
esa persona ¿Qué le conviene a la Revolución?, hacerse los locos,
hacerse la vista gorda.
—¡No!
Bueno por eso es que yo los convoco a ustedes compañeros y compañeras, así como hace 200 años…
—¡Maduro, Maduro, al corrupto dale duro! ¡Maduro, Maduro, al corrupto dale duro! ¡Maduro, Maduro, al corrupto dale duro!
Así como hace 200 años por estas calles alguna gente decía que era
imposible romper con el imperio español y el Libertador le dijo: “¿Cómo
que es imposible?, ¿300 años de calma no bastan?”. Yo tomo la expresión
del Libertador y digo cómo que no es posible luchar contra la
corrupción, 100 años, 200 años de traición y corrupción no basta, ya
basta pues, vamos todo el pueblo de Venezuela a construir una patria
decente, una patria honesta, una patria para el futuro.
—Aplausos.
Así que a 200 años, ya están cayendo las gotas, siempre que estamos
con Chávez nos llueve en la calle, agua bendita que llega, 200 años
compatriotas, yo llamo al pueblo venezolano a conocer la historia, a
traer la historia de Bolívar acá y a consustanciarse, a casarse con la
historia y que nuestro corazón, nuestra sangre se compenetre con el
corazón y la sangre de los que nos fundaron y nos dieron la
nacionalidad, la identidad, nos dieron la vida y que esos valores
rescatados y practicados nos permitan avanzar hacia lo que todos
queremos, una patria de justicia, una patria próspera, una patria
socialista, ¡que viva el Libertador Simón Bolívar!
—¡Viva!
¡Que vivan los 200 años de la victoria!
—¡Viva!
¡Que viva la Caracas bolivariana!
—¡Que viva!
¡Que viva la Venezuela socialista!
—¡Viva!
¡Que viva Hugo Chávez!
—¡Que viva!
¡Independencia y patria socialista!
—¡Viviremos y venceremos!
¡Bolívar vive…!
—¡La lucha sigue!
¡Alerta… alerta…!
—¡Alerta, alerta, alerta que camina la espada de
Bolívar por América Latina! ¡Alerta, alerta, alerta que camina la espada
de Bolívar por América Latina! ¡Alerta, alerta, alerta que camina la
espada de Bolívar por América Latina!
¡Hasta la victoria siempre!
—¡Viviremos y venceremos!
Sigamos en la lucha, sigamos unidos y sigamos venciendo. ¡Que viva la patria!
—¡Que viva!
Hasta pronto compatriotas, ¡que viva Bolívar mil veces!
—Aplausos y algarabía.
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